Calma...
Han sido días en que realmente la necesito, pues han sido días de mucho estrés, mucho ajetreo.
Entre que nos estamos mudando, los pendientes que hay que hacer con la familia, con mi mamá, la ya próxima boda de mi hermano... trabajo, etc.... tantas cosas.
De repente se me va la onda bien feo.
No dispongo prácticamente de casi nada de tiempo libre, pero, como bien dicen, debe uno buscarlo.
Por lo general, y por lo mismo de mi falta de tiempo, casi todo lo que dibujo, caricaturizo o ilustro lo hago de forma digital, es más fácil para mi cargar con mi iPad a todos lados y como sea, el dibujar ahí me relaja y me calma, por eso es mi arma de batalla.
Y aunque trabajar de forma tradicional me encanta, es muy raro ya que lo haga, no porque me tarde mucho, de hecho, a veces tardo el mismo de tiempo con un trabajo digital que uno a mano, es mas bien el hecho que no puedo andar para todos lados cargando con el material, eso es lo que me detiene.
Pero eso si, siempre es más relajante el hecho, de sentir y escuchar un lápiz al trazar o bien, sentir como se siente el aplicar la pintura con un pincel, el olerla, sentir las texturas al tocarlas, es otra sensación que igual provoca otro grado de satisfacción y paz, por eso como sea, siempre me va a gustar mucho más trabajar, así, de forma manual.
Es por eso que hoy les comparto el proceso de esta ilustración que hice trace con lápiz, luego ilustre con acuarelas, prismacolor y por último con un poco de acrílicos (solo un toque final); me tomo mucho tiempo hacerla, precisamente por mi escaso tiempo, pero la termine jeje.
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